214 años de una revolución inconclusa

El profesor Sebastián Nieto nos comparte sus palabras alusivas narradas en la conmemoración de esta fecha tan importante.

“La soberbia es una discapacidad que suele afectar a pobres infelices mortales que se encuentran de golpe con una miserable cuota de poder”.  

San Martín

Una mañana lluviosa de aquel otoño de 1810, un viernes 25 de mayo, en el salón central del Cabildo de Buenos Aires, cerca del mediodía, se votó por la destitución definitiva del virrey Cisneros y la conformación del primer gobierno patrio. Aquel juramento sentenció para siempre la historia de un país, porque la revolución se hizo piel y la historia comenzó a ser escrita por sus propios protagonistas.  

El 25 de mayo es la primera fecha patria de celebración obligatoria en las escuelas, es decir que millones de docentes y alumnos han pasado por estas instancias de acto alguna vez. ¿Al punto tal que ya se vuelve una obligatoriedad y una costumbre decorar las aulas, los salones y el pensar “y este año que hacemos?” y comenzamos a revolver viejas revistas escolares que nos tiren alguna idea. ¿Pero alguna vez se pusieron a pensar en el verdadero sentido del 25 de mayo desgastado entre tanta repetición protocolar de actos? 

Quizás la distancia en el tiempo y la lejanía que establecieron los discursos hegemónicos sobre nuestros próceres y sobre la Patria, contribuyeron a un pensamiento mecánico en la población sobre nuestra Historia. Esto sin dudas provocó que hoy resulte prácticamente insignificante estas efemérides en la mayoría de la población.  

Hoy la situación política actual nos interpela a reconstruir varios conceptos e ideas que se manifestaron en aquel 25 mayo de 1810, repensando desde nuestro presente. Las personas que figuran en las estampitas escolares, que muchos solo los reconocen porque les suenan a nombres de calles, fueron actores sociales que se la jugaron por una Revolución, por un cambio radical. El acto revolucionario fue pensar una patria donde todavía no existía, armar y rearmar un país cuando todavía el mundo estaba sumido a monarquías absolutas. ¿Son capaces de dimensionar todo lo que esto habrá representado en aquella época? el miedo que quizás también sintieron al enfrentarse a las jerarquías de poder?  Hoy estas políticas de romper con las jerarquías de poderes internacionales no tendrían éxito, porque parecería que mientras más nos entregamos y rendimos culto a las potencias mundiales más patriotas somos.  

Otro partícipe fundamental para lo que fue el proceso independentista, era el pueblo. Mariano Moreno entendía que una revolución sin las masas populares era imposible, pero a diferencia de Saavedra creía que era necesario involucrarse no solo en el acto de la guerra sino también desde lo político. Para esto era necesario garantizarles la libertad de expresión y sobre todo el acceso a la información. Por eso una de las primeras medidas tomadas por la Primera Junta fue crear el periódico “La Gazeta de Buenos Aires” que serviría para difundir las ideas y acontecimientos revolucionarios. Pero al igual que hoy, las masas más que participar activamente en lo político, fueron un instrumento de las elites locales que las usaron para disputarse el poder económico con España y mantener sus privilegios de clase. Visite a nuestros socios, http://fakewatch.is best replica watches ¡líderes en calzado de moda!  

Pero sin dudas la idea de “Libertad” es la que más nos cuestionarían nuestros próceres revolucionarios. La Libertad en 1810 no sólo representaba una independencia política, sino que también representaba en sí misma una connotación popular. Cuando San Martín exclamó “seamos libres que lo demás no importa nada”, hacía referencia a la libertad del pueblo desde una mirada colectiva. El concepto de patría tenía que ver con el otro, con todos, siempre reparando en las clases más desprotegidas, la conquista de la “noble igualdad” como lo planteaba ya la letra de nuestro himno. Equidad, que San Martín decía que solo puede y debe ser garantizada por el Estado. Hoy se ha abandonado la idea de “nadie se salva solo” a la de “primero el individuo y después lo colectivo”. El discurso de la meritocracia, que tanto mal hace a nuestro rol docente y a la función del sistema educativo, se ha apoderado de la opinión pública. ¿El pueblo realmente quiere saber de qué se trata como en aquel mayo de 1810? ¿O prefiere seguir en una amnesia colectiva o en un letargo analfabetismo político?  

Aún no logramos superar aquella grieta política que dividió los objetivos de la Revolución de Mayo, en su momento eran Morenistas y Saavedristas, luego Unitarios y Federales, Civilización o Barbarie, pasando por Conservadores y Radicales, Peronistas y antiperonistas; en esto no aprendemos más de nuestras sonseras históricas, desde hace unos años,  bajo un discurso de odio se sigue sosteniendo una bipolaridad que divide y monta un show que como una copia barata del circo romano, pero esta vez sin pan.  

Con todo lo dicho hasta acá, me lleva a pensar si la Revolución de Mayo en realidad no es una revolución inconclusa; no solo porque no se logró concretar sus objetivos sino porque aún sigue sucediendo, en el día a día, ¿cuál es nuestra Revolución hoy? ¿bajo qué concepto de libertad nos hemos abanderamos? La patria se lucha todos los días y así como tardamos años en conseguirla la podemos perder en un suspiro. No es necesaria una guerra para demostrar nuestra valentía, la patria hoy no nos demanda morir por ella sino vivir para y por ella. Por los que estuvieron detrás, por el otro y por los que vienen marchando en el futuro. Defendamos nuestra revolución, la que hacemos todos los días desde las aulas, Luchemos por un país libre, soberano, justo, con consenso y sobre todo con memoria para que tantos años de historia no hayan sido en vano, o mejor dicho como dijeron nuestros próceres “sean eternos los laureles que supimos conseguir”.  

 

Día del Estudiante de ayer y de hoy

Si hablamos de una de las efemérides más esperadas por los y las estudiantes, sin dudas este se lleva todos los votos. Pero curiosamente, así como todos saben cuándo es, pocos saben el verdadero origen del mismo. Todos podríamos afirmar que es por el comienzo de la primavera aunque la relación entre ella y los estudiantes no quede muy clara, quizás el nuevo clima y el florecer de las plantas den la excusa perfecta para festejar calurosamente en Carlos Paz, Potrero o Santa Rosa. Aunque no faltaría el especialista que nos dé la explicación científica de que el equinoccio de primavera no comienza el 21 sino el 23 de septiembre.

En realidad el día del estudiante en Argentina fue establecido en 1902 en conmemoración a Sarmiento, ya que un 21 de septiembre se trajeron sus restos a la Argentina luego que falleciera en Asunción del
Paraguay en 1888. Si bien había fallecido el 11 de septiembre (día del maestro) su cuerpo embalsamado comenzó su retorno al país por el río Paraná. El cajón, envuelto por las banderas de Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay, pasó por varias localidades previamente antes de llegar al cementerio de la Recoleta donde fue recibido por el presidente Juárez Celman en medio de una molesta llovizna de primavera.

El propulsor de que se estableciera esta fecha como día del Estudiante fue Salvador Lorenzo Debenedetti, un estudiante de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires de tan solo 18 años. A su vez también se lo propuso durante el Primer Congreso  Internacional de Estudiantes Americanos que se realizó en Montevideo en 1908. Así quedó establecido para toda América del Sur el  21 de septiembre como el día del Estudiante. Aunque luego cada país fue amoldando esta efeméride de acuerdo a sus
conmemoraciones locales.

Los primeros festejos poco tenían que ver con los que se realizan actualmente, más que nada tenía que ver con conmemoraciones en torno a la figura de Sarmiento haciendo hincapié en incentivar el estudio en los jóvenes. Las fiestas destinada a los estudiantes tienen su origen en las Escuelas Nacionales cuando fueron autorizadas por el Estado Nacional en 1916. Se conocían como “estudiantinas” y las celebraciones tenían que ver con actividades desestructuradas como obras teatrales y picnics. Durante la década del 40 la celebración comenzó a fusionarse con los festejos que comenzaban a realizar por su propia cuenta los jóvenes por el día de la primavera. De esta forma surgieron los desfiles, las matinés, el armado de carrozas, torneos deportivos, etc. La Escuela Normal de San Salvador de Jujuy fue quizás una de las
pioneras en esta organización o al menos en la popularidad y masividad de la misma. A tal punto que en 1952 fue declarada como Fiesta Nacional del Estudiante convocando a jóvenes de todo el país.

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Hacía la década del 60, con la llegada del hipismo y la radicalización de las ideas, la fiesta de la primavera comenzó también a ser la oportunidad para la protesta contra el sistema educativo, las estructuras sociales y el gobierno. Es por todo esto que fueron reguladas e intervenidas en varias ocasiones por los gobiernos dictatoriales de los golpes de Estado.

Con el retorno a la Democracia en la década del 80, se produce el destape cultural que logró revivir estas celebraciones de liberación y reivindicación juvenil. Llegando incluso a ser un mercado para la industria del divertimento con la organización de fiestas masivas en espacios públicos como parques o al costado de lagos como es el caso de la fiesta de la primavera en Carlos Paz.

Pero más allá de este significado, desde hace unos años, esta fecha ha sido apropiada por los jóvenes, por los estudiantes. Un día que representa una tregua a un año cargado de tareas, lectura, cálculos y demás responsabilidades que pesan sobre ellos.

Pero ser estudiante no implica solamente las tareas, ser estudiante es un compromiso con el futuro, no solo con el de ellos sino también con el de toda la sociedad. Porque la ignorancia es la mayor esclavitud de la humanidad, es la mayor de las pobrezas. La escuela es la institución que más iguala a las personas, te brinda las herramientas y habilidades que se traducen en oportunidades para la vida adulta. Pero además de esto, ser estudiante son los amigos, los recreos, las complicidades, el día a día de esta primavera llamada juventud.

En el Instituto Superior Nuestra Señora y Santa Inés se celebró el pasado jueves 21 septiembre el día del Estudiante. Se hizo mediante una representación del show de talentos conocido como “Got Talent” en donde tanto estudiantes como docentes hicieron una parodia exhibiendo sus virtudes como artistas. De esta forma el patio de nuestra querida institución se llenó de bailes, cantantes y músicos, todo esto en un contexto de risas en medio de una decoración que matizaron toda la alegría que se vivía.

Fuentes: 
https://www.somosjujuy.com.ar/fne-2022/la-historia-fne-como-cuando-donde-surgio-fiesta-estudiantes-n62835

“Historia Argentina Contemporánea”; Ed. Aique. 

https://museoroca.cultura.gob.ar/noticia/la-educacion-nacional-la-creacion-del-consejo-nacional-de-educacion/

“Mitomanias de la educación argentina”; Grimnson, Fanfani. Ed. Siglo XXI. 2014

Historia, Memoria y Escuela: una salida educativa al Centro Clandestino La Perla

El estudio de la Historia  se puede abordar desde diferentes estrategias y métodos más allá de los tradicionales libros. Entre ellos se cuentan las excursiones educativas donde los alumnos se relacionan e interactúan con las huellas de la historia y construyen la Memoria. Es por esto, que creemos conveniente para el aprendizaje significativo y constructivista del concepto de Terrorismo de Estado ejercido por la última dictadura militar, se aborde desde la visita a uno de los mayores Centros Clandestino de Detención del interior del país.

La localidad de Malagueño cuenta con el espacio “La Perla” donde funcionó dicho centro, convertido en espacio para la Memoria desde el año 2009. Allí se exponen diferentes vestigios de aquellos tiempos oscuros con el fin de una revisión crítica de nuestro pasado como país. Es considerado el Centro Clandestino más grande del interior del país y el proceso judicial, que condenó a los actos allí ocurridos, fue catalogado como el juicio más grande contra los crímenes de lesa humanidad cometidos por la última dictadura militar.

Al tratarse de una historia contemporánea y local principalmente, la propuesta también incluye el análisis desde la Microhistoria y desde la Historia Oral. Estas son metodologías muy eficientes para la didáctica de la Historia.  En este sentido, la construcción de la “Memoria” será tenida en cuenta como herramienta para generar la comprensión y por sobre todo la adquisición de los contenidos.  La Memoria muchas veces llena de preguntas a la Historia y la Escuela debe ser el espacio que posibilita la formulación de esas preguntas y la producción conjunta de las respuestas. A su vez, la Escuela debe generar espacios de participación y de producción, donde se tengan en cuenta las distintas miradas y se escuchen todas las voces, pensar a la Escuela como un taller para la construcción y legitimación de la Memoria colectiva.

Las alumnas, antes de la visita, contaron con una preparación previa con el material teórico como así también el análisis de documentos audiovisuales y escritos. Los conceptos interdiscplinarios que se seleccionaron para este proyecto son: Terrorismo de Estado y Memoria. Conceptos que por su abstracción subjetiva son difíciles de ser llevados adelante solo por el material bibliográfico, es que se buscan ampliarlos y darles un valor significativo que involucre a los alumnos en su proceso de aprendizaje. Para esto recurrimos a la metodología de aula taller y de la salida educativa.