Conociendo el triángulo jesuítico

El 1 de julio, realizamos con las estudiantes de 2 año, 3 año y 4 año del profesorado inicial y primario una salida educativa al triángulo jesuítico, con el objetivo de observar y conocer parte de nuestra cultura. Desde la Institución apoyamos y estimulamos estas actividades con el propósito de generar en los estudiantes estrategias valiosas y enriquecedoras para su cultura general.

Salimos desde el establecimiento educativo a la hora acordada y comenzamos el recorrido hacia la ruta nacional 9 norte recordando el Antiguo Camino Real al Alto Perú, los primeros habitantes de la zona, la llegada del ferrocarril y la importancia de la inmigración. Conocemos los Emprendimientos rurales que pertenecieron a la orden Compañía de Jesús de la Región Norte declaradas Patrimonio Cultural de la Humanidad. Visitamos sus iglesias y espacios convertidos en salas de museos, y contamos sus historias atrapantes de la época y vida colonial. En primer lugar, ingresamos a la Estancia Caroya (primera Estancia Jesuítica) donde conocemos sus tres etapas históricas, jesuítica, primera fábrica de armas blancas y hospedaje de la inmigración italiana. Continuamos por ruta A66 hasta Santa Catalina para conocer la tercera Estancia Jesuítica, la más grande de todas, allí ingresamos a su iglesia, patios, salas y antiguas rancherías. En horas de la tarde nos dirigiremos hacia la Estancia Jesuítica de Jesús María, allí disfrutaremos su amplio parque con el tajamar y realizamos el almuerzo para luego acceder a la iglesia y antiguo casco de la estancia convertido en Museo Jesuítico Nacional.

Compartimos algunos videos y narraciones realizadas por las estudiantes .
https://drive.google.com/file/d/1F7_Wn-g2NzF_MXAfiQdgkbwHHtOCkyI5/view?usp=sharing
https://drive.google.com/file/d/1owdDUJRelTLPcQcTeJC0KcCQt4JSHVwq/view?usp=sharing
https://drive.google.com/file/d/1rE1aKR7giq3Sw8_fTRKHe6-s7v9fFj-O/view?usp=sharing

Chat GPT: el prompting ¿nueva habilidad para estudiantes y docentes?

«Aprovechando la Alianza Estudiante-Algoritmo: El Uso Ético de Chat GPT en la Educación Superior

En la actualidad, la inteligencia artificial, como el modelo de lenguaje GPT-3, se ha convertido en un aliado invaluable para estudiantes de nivel superior. No obstante, su uso va más allá de simplemente mejorar la productividad, y se extiende a la necesidad de un enfoque ético en la educación superior. En este blog educativo, exploraremos cómo los estudiantes pueden utilizar Chat GPT de manera ética para fortalecer el aprendizaje personal y cómo pueden fusionar exitosamente las capacidades de los algoritmos con la inteligencia humana.

La ética en el uso de Chat GPT

  1. Transparencia y Atribución: Es crucial dar crédito a las contribuciones de GPT en tu trabajo. Reconocer la ayuda proporcionada por el algoritmo es esencial para mantener la integridad académica y la honestidad intelectual.
  2. Evaluación Crítica: Si bien GPT puede ofrecer información y soluciones, es responsabilidad del estudiante evaluar críticamente los resultados. No todas las respuestas generadas por el algoritmo son necesariamente correctas o relevantes.
  3. Privacidad y Seguridad: Asegúrate de utilizar GPT de manera que respete la privacidad y los derechos de otros. Evita compartir información confidencial o utilizar el algoritmo para fines inapropiados o ilegales.

El Aprendizaje Personal Reforzado por Chat GPT

  1. Investigación y Generación de Contenido: Utiliza GPT para agilizar la investigación y la generación de contenido, pero no te limites a copiar y pegar. Integra la información generada de manera coherente en tu trabajo.
  2. Exploración de Perspectivas: GPT puede ofrecer diferentes enfoques y perspectivas. Emplea esta capacidad para explorar ideas y conceptos desde diversas ópticas, enriqueciendo tus proyectos académicos.
  3. Resolución de Problemas: Aborda problemas complejos con la ayuda de GPT. El algoritmo puede sugerir soluciones, pero es fundamental que las comprendas y las adaptes a tu contexto.

Fortalecimiento de la Alianza Humano-Algoritmo

  1. Colaboración Inteligente: Considera a GPT como un compañero inteligente en tu proceso de aprendizaje. Trabaja en conjunto con el algoritmo para potenciar tus habilidades de investigación y resolución de problemas.
  2. Acoplamiento de Habilidades: Combina las capacidades de Chat GPT con tus habilidades cognitivas y de pensamiento crítico. Esto crea una simbiosis única que mejora tu eficiencia y calidad en el trabajo académico.
  3. Desarrollo de Habilidades Futuras: Aprovecha la oportunidad de aprender a interactuar con algoritmos, ya que esta habilidad será cada vez más relevante en el mundo laboral y académico.

En resumen, el uso de Chat GPT en la educación superior puede ser un recurso poderoso cuando se maneja con responsabilidad y ética. Aprovecha su potencial para fortalecer tu aprendizaje personal y el trabajo conjunto entre humanos y algoritmos. Al hacerlo, estarás preparándote no solo para una educación más efectiva, sino también para un futuro profesional donde la colaboración con la inteligencia artificial se está volviendo cada vez más común y necesaria». (GPT-3, 2021).

¿Qué opinan de las sugerencias brindadas? ¿Y del desarrollo de todo el texto? Lo que acaban de leer es un texto generado íntegramente por Chat GPT, esta «inteligencia» artificial generativa que tanto está dando que hablar. El output procede del ingreso de un prompting específico para obtener el resultado que se buscaba. ¿Y si el prompting hubiera sido otro? ¿Qué habrían generado estos algoritmos?

Definamos prompting:

Se refiere a la habilidad de hacer preguntas o peticiones efectivas a la IA, de manera que pueda generar respuestas útiles para mi práctica docente. El ‘Prompting’ bien desarrollado, me permite controlar y dirigir a la IA, pero también me lleva a profundizar en mi propia práctica docente. ¿Cómo es eso? Bueno, para hacer un buen prompt, tengo que aclarar qué quiero lograr, ser consciente de
mis supuestos y considerar diferentes perspectivas. ¡Tengo que solucionarle la crisis de identidad al ChatGPT!
Además, enseñar ‘Prompting’ a mis estudiantes puede ser una forma fantástica de ayudarles a desarrollar su pensamiento crítico. Es como decirles: «Escuchen, no sólo les estoy enseñando a hablar con esta máquina, sino también a hacer las preguntas correctas, a explorar diferentes ideas, a avanzar en un diálogo productivo y a tomar decisiones informadas». (…) Necesito entender cómo la IA interpreta y responde a mis prompts y adaptar mis preguntas en consecuencia. Esto requiere paciencia, práctica y una curva de aprendizaje que a veces puede parecer tan complicada como armar un mueble de Carrefour. (…) No se trata sólo de aprender a «usar» la IA, sino de interactuar con ella de manera crítica, creativa y reflexiva.

(Craig, 2023, p. 19-20)

Entre el espanto tecnofóbico, las prohibiciones y el optimismo transhumanista; y por otro lado, los numerosos artículos, cursos, conferencias y gurúes que circulan por ahí que aprovechan la sed de recetas o de solucionismo tecnológico (como diría Morozov), yo sólo me animo a citar la recomendación de Fernando Bordignon:

Referencias

Bordognon, F. (2023, mayo 15). Saberes digitales. https://www.facebook.com/groups/178713452927017

Craig, D. (2023). Tercero en discordia. Docente, Alumno, IA. Reflexiones ante la irrupción de ChatGPT
en la Formación Docente

GPT-3 (2021). OpenAI. https://chat.openai.com/.

Morozov, E. (2016). La locura del solucionismo tecnológico. Buenos Aires: Katz editores y Capital Intelectual.

Semana de Santa Inés

En el marco de la semana de Santa Inés, nuestro Instituto invita a toda la comunidad a participar de las diferentes actividades programadas.

Cronograma

Durante toda la semana: La Vida de Inés,  historia de nuestra parroquia y profesorado. A cargo de Profesora Ana Monsu.

Lunes 23, a las 19 hs: Santa Inés en la iconografía tradicional y en nuestro imaginario. Organiza  Prof. Sofía Uraín.

Lunes 23, a las 19 hs: Escenarios Lúdicos: creando espacios mágicos para jugar aprendiendo. Organiza Prof. Claudia Scarpinello

Martes 24, a las 19 hs: Taller de Títeres: te enseñamos a armar tu propio títere.  Organiza Prof. Claudia Scarpinello.

Miércoles 25, a las 19 hs: Celebración Eucarística. Organiza Gustavo Venturini

Jueves 26, a las 19 hs: Alfabetización Inicial, ¿Cómo la abordamos? Un abordaje interdisciplinario. Organiza Prof. Julieta Solla.

Viernes 27, a las 18:30 hs: Escuela e inclusión. Una mirada desde los DAI. Organiza Prof. Alicia Suso.

Domingo 29, a las 9:45 hs: Procesión y Misa.

Lunes 30, a las 6 hs: Campaña solidaria de ùtiles escolares y visita a la escuela rural Miguel de Azcuénaga en San Francisco del Chañar. Organiza Prof. Natalia Salas.

Día del Estudiante de ayer y de hoy

Si hablamos de una de las efemérides más esperadas por los y las estudiantes, sin dudas este se lleva todos los votos. Pero curiosamente, así como todos saben cuándo es, pocos saben el verdadero origen del mismo. Todos podríamos afirmar que es por el comienzo de la primavera aunque la relación entre ella y los estudiantes no quede muy clara, quizás el nuevo clima y el florecer de las plantas den la excusa perfecta para festejar calurosamente en Carlos Paz, Potrero o Santa Rosa. Aunque no faltaría el especialista que nos dé la explicación científica de que el equinoccio de primavera no comienza el 21 sino el 23 de septiembre.

En realidad el día del estudiante en Argentina fue establecido en 1902 en conmemoración a Sarmiento, ya que un 21 de septiembre se trajeron sus restos a la Argentina luego que falleciera en Asunción del
Paraguay en 1888. Si bien había fallecido el 11 de septiembre (día del maestro) su cuerpo embalsamado comenzó su retorno al país por el río Paraná. El cajón, envuelto por las banderas de Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay, pasó por varias localidades previamente antes de llegar al cementerio de la Recoleta donde fue recibido por el presidente Juárez Celman en medio de una molesta llovizna de primavera.

El propulsor de que se estableciera esta fecha como día del Estudiante fue Salvador Lorenzo Debenedetti, un estudiante de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires de tan solo 18 años. A su vez también se lo propuso durante el Primer Congreso  Internacional de Estudiantes Americanos que se realizó en Montevideo en 1908. Así quedó establecido para toda América del Sur el  21 de septiembre como el día del Estudiante. Aunque luego cada país fue amoldando esta efeméride de acuerdo a sus
conmemoraciones locales.

Los primeros festejos poco tenían que ver con los que se realizan actualmente, más que nada tenía que ver con conmemoraciones en torno a la figura de Sarmiento haciendo hincapié en incentivar el estudio en los jóvenes. Las fiestas destinada a los estudiantes tienen su origen en las Escuelas Nacionales cuando fueron autorizadas por el Estado Nacional en 1916. Se conocían como “estudiantinas” y las celebraciones tenían que ver con actividades desestructuradas como obras teatrales y picnics. Durante la década del 40 la celebración comenzó a fusionarse con los festejos que comenzaban a realizar por su propia cuenta los jóvenes por el día de la primavera. De esta forma surgieron los desfiles, las matinés, el armado de carrozas, torneos deportivos, etc. La Escuela Normal de San Salvador de Jujuy fue quizás una de las
pioneras en esta organización o al menos en la popularidad y masividad de la misma. A tal punto que en 1952 fue declarada como Fiesta Nacional del Estudiante convocando a jóvenes de todo el país.

Hacía la década del 60, con la llegada del hipismo y la radicalización de las ideas, la fiesta de la primavera comenzó también a ser la oportunidad para la protesta contra el sistema educativo, las estructuras sociales y el gobierno. Es por todo esto que fueron reguladas e intervenidas en varias ocasiones por los gobiernos dictatoriales de los golpes de Estado.

Con el retorno a la Democracia en la década del 80, se produce el destape cultural que logró revivir estas celebraciones de liberación y reivindicación juvenil. Llegando incluso a ser un mercado para la industria del divertimento con la organización de fiestas masivas en espacios públicos como parques o al costado de lagos como es el caso de la fiesta de la primavera en Carlos Paz.

Pero más allá de este significado, desde hace unos años, esta fecha ha sido apropiada por los jóvenes, por los estudiantes. Un día que representa una tregua a un año cargado de tareas, lectura, cálculos y demás responsabilidades que pesan sobre ellos.

Pero ser estudiante no implica solamente las tareas, ser estudiante es un compromiso con el futuro, no solo con el de ellos sino también con el de toda la sociedad. Porque la ignorancia es la mayor esclavitud de la humanidad, es la mayor de las pobrezas. La escuela es la institución que más iguala a las personas, te brinda las herramientas y habilidades que se traducen en oportunidades para la vida adulta. Pero además de esto, ser estudiante son los amigos, los recreos, las complicidades, el día a día de esta primavera llamada juventud.

En el Instituto Superior Nuestra Señora y Santa Inés se celebró el pasado jueves 21 septiembre el día del Estudiante. Se hizo mediante una representación del show de talentos conocido como “Got Talent” en donde tanto estudiantes como docentes hicieron una parodia exhibiendo sus virtudes como artistas. De esta forma el patio de nuestra querida institución se llenó de bailes, cantantes y músicos, todo esto en un contexto de risas en medio de una decoración que matizaron toda la alegría que se vivía.

Fuentes: 
https://www.somosjujuy.com.ar/fne-2022/la-historia-fne-como-cuando-donde-surgio-fiesta-estudiantes-n62835

“Historia Argentina Contemporánea”; Ed. Aique. 

https://museoroca.cultura.gob.ar/noticia/la-educacion-nacional-la-creacion-del-consejo-nacional-de-educacion/

“Mitomanias de la educación argentina”; Grimnson, Fanfani. Ed. Siglo XXI. 2014

Las aulas heterogéneas (2° parte)

1.2 El trabajo colaborativo, actitud y habilidad propia de las aulas heterogéneas

¿Qué podremos acercar acerca de cómo favorecer el trabajo colaborativo o cooperativo en las aulas heterogéneas?

El aprendizaje no es sino un conocimiento construido con otros. Por tanto es tarea de la planificación docente generar espacios que en cierta forma abran el campo para la discusión con otros, la resolución de situaciones problemáticas, lograr acuerdos y favorecer la apertura que permita la multiplicidad de perspectivas (Anijovich, Malberger y Sigal; 2007, 41). Esta capacidad del trabajo colaborativo favorece altamente el aprendizaje en la medida que se buscan superar los resultados individuales, se asume la responsabilidad en la medida que se ven estimulados para llevar adelante las tareas asignadas, favorece la comunicación interpersonal a través del intercambio de opiniones, regulan aquellas dificultades que pueden presentárseles a fin de lograr mejores resultados, comparten metas, normas y modos de actuar en el grupo y al mismo tiempo es importante ayudarlos a evaluarse en el trabajo grupal (Anijovich, Malberger y Sigal; 2007, 43).

En este sentido la búsqueda del aprendizaje en forma colaborativa con otros es una oportunidad como lo afirma Chica Cañas:

“El aprendizaje social es una forma de convivencia sociocultural, intelectual y moral donde todos los participantes tienen la oportunidad de desempeñar diferentes papeles para tomar conciencia de la otredad e involucrarse en un proyecto de vida personal. El aprendizaje adquiere relevancia democrática al entender cómo el otro puede aportar y cambiar los procesos cognitivos y metacognitivos con la solidaridad y la cooperación del grupo, constituyéndose en un equipo cualificado y con sensibilidad social. Por consiguiente, el alumno que logre trabajar en equipo tiene garantizado el 50% del aprendizaje en la educación superior”

Chica Cañas; 2010; 172

Las personas que más se relacionan son las más exitosas, pues descubren en las otras personas mundos diferentes de los que se aprende, y con ellas se pueden verificar procesos de aprendizaje bajo diversas concepciones que culminan en un trabajo de decantación y confrontación entre la teoría y la práctica del conocimiento como tal, posibilitando la apropiación de habilidades de pensamiento de orden superior y de un repertorio amplio de estrategias cognitivas, metacognitivas, sociales, culturales, científicas, políticas, económicas y éticas (Chica Cañas; 2010; 173).

Sin embargo estas habilidades mencionadas no se lograrán adquirir de modo ocasional o azaroso en las aulas. Es necesario que estén planificadas en forma sistemática a fines de que junto a los estudiantes se las considere como una habilidad que debe enseñarse y que el alumno logre aprender en tanto esté acompañado en la práctica docente.

P.E.I. una obra de teatro para pensar el rol docente

EL pasado domingo 17 de setiembre, asistimos a la obra de teatro P:E.I. en Espacio Máscara. Una salida educativa que permitió acercarnos a las producciones artísticas y culturales de nuestra ciudad. Nos acompañaron colegas de otros espacios curriculares y estudiantes de distintos cursos donde disfrutamos un grato momento.

El argumento de la obra narra a tes docentes que realizan un viaje por el sistema educativo pasando por el nivel inicial, nivel primario y nivel medio, hasta llegar al estado jubilatorio. En su recorrido cuentan variadas anécdotas y reflexionan sobre el sistema educativo Argentino del que son parte. Historias, personajes y situaciones diversas se mezclan a través del grotesco y la multiplicidad de roles que presenta el sistema.

Esta actividad se enmarca en un proyecto de cursos para la obtención de créditos académicos y se utiliza como acercamiento a «la construcción del rol docente en la historia del sistema educativo argentino: mitos, creencias y proyecciones», promovido desde el espacio curricular de Práctica Docente I, junto a la Prof. Claudia Scarpinello y el Prof. Sergio Salguero.

Para acceder a los créditos se debe completar una evaluación virtual sobre el contenido de la obra a través de un formulario de Google (recuerda siempre ingresar con tu correo institucional).

Extendemos el plazo de la evaluación hasta el viernes 29 de setiembre de 2023.

Las aulas heterogéneas (1° parte)

En este breve discurso, analizaremos la noción de aula heterogénea como una categoría de organización escolar capaz de producir los procesos de aprendizaje. Hablar de heterogeneidad no solo se hace referencia al aspecto físico sino también a otras dimensiones según nos acerca Brikner: aspectos afectivos, habilidades motrices, capacidad de aprender, conocimientos previos, estilo de aprendizaje, variables de
personalidad, necesidades personales, nivel estilo y habilidades de pensamiento, entre otras… (Anijovich, Malberger y Sigal; 2007, 25)

A partir de estas diferencias y diversidad de modos de ser, el riesgo del paradigma homogeneizante fue en todo caso haber focalizado el aula y la enseñanza en aspectos meramente cognitivos, perdiendo la posibilidad de visualizar otros aspectos no menos valiosos e importantes que tienen que ver con lo social, con el despliegue de posibilidades personales y afectivas y que al mismo tiempo no dejan de ser objetivos que busca alcanzar la vida escolar. En contraposición al modelo homogéneo el desafío será que a partir de la diversidad en las aulas, el oficio de enseñar por parte de los docentes se realice desde la utilización de variadas estrategias que se concreten según sean las condiciones y posibilidades que presenten los estudiantes (Anijovich, Malberger y Sigal; 2007, 25).

1.1 Autonomía, capacidad y meta a trabajar en las aulas heterogéneas

El supuesto teórico fundante del enfoque de aulas heterogéneas es que todos pueden aprender. Ello hace pensar que la diversidad tendrá que ser la oportunidad de poder interactuar en medio de las diferencias, buscando ser protagonistas activos del aprendizaje y el docente tener una expectativa positiva con una actitud capaz de pensar más en las posibilidades y la capacidad de aprender por parte de sus estudiantes (Anijovich 2016; 27). Para ello es necesario romper con pensamientos limitantes que van poco a poco rotulando a los estudiantes y haciendo que el impacto de su desempeño sea cada vez menor en la medida que no se valorice y la dedicación y la puesta en marcha de una actitud para el trabajo de la diversidad (Anijovich 2016; 28), donde desemboca la actitud de trabajar con aulas heterogéneas hasta adquirir una cierta autonomía de trabajo en el aprendizaje y alcanzar a la vez una actitud cooperativa capaz de socializar el recorrido y la trayectoria de aprendizaje (Anijovich 2016; 37).

En principio analizaremos qué implica lograr una determinada autonomía en relación al aprendizaje. La autonomía de aprendizaje es la capacidad para la toma de decisiones en aquello que respecta a la apropiación de contenidos y el modo en que se orienta dicho aprendizaje a fin de lograr una determinada calidad de los mismos. En la medida que el estudiante lo pueda alcanzar cada vez con mayor conciencia a través de un trabajo podríamos decir metacognitivo, tendrá la habilidad para llegar a reflexionar finalmente sobre su obrar a la hora de apropiarse del conocimiento (Anijovich, Malberger y Sigal; 2007, 33). Sin embargo la autonomía en el aprendizaje va de la mano con el trabajo colaborativo. En
definitiva es una actitud que redunda para la vida en general en sus diferentes roles, sean laborales, profesionales, etc. (Chica Cañas; 2010, 171).

“Por lo tanto, se debe aprender con el otro para potenciar la inteligencia creativa, imaginativa, sintética, disciplinar, la ética y el respeto a la otredad. Esto implica desarrollar habilidades y estrategias de aprendizaje cognitivas, metacognitivas, socioculturales, éticas, contextuales y ciberculturales.”

Chica Cañas 2010; 194

Ello implicará que la gestión del aprendizaje del estudiante sea un largo proceso que permita lograr la emancipación desde un camino autorregulado en el cual pueda desarrollar determinadas habilidades, hábitos de estudio, desarrollo y conocimiento de inteligencias múltiples, madurez en las relaciones interpersonales que favorezcan un sentido moral en el cual se pueda crecer en la actitud colaborativa a fin de socializar el trabajo intelectual y asumir una actitud de respeto para la convivencia comunitaria (Chica Cañas, 2010, 172).

¿Cómo lograr esta utopía actitudinal ante el aprendizaje autónomo si no es desde un repensar el rol docente y su estrategias de planificación de actividades de enseñanza que luego impactarán en la clase frente a sus estudiantes?

A partir de una construcción flexible de su planificación, el docente brinda diversas oportunidades a sus estudiantes y a los mismos tiempos estos puedan analizar qué tareas podrán llevar adelante y qué caminos tomar para resolver las actividades. Ello implicará que los estudiantes puedan a fin y al cabo terminar por organizar sus tiempos en forma personal y grupal en base a la diversidad de consignas y de materiales, sentirse partícipe de las actividades presentadas como así también de la evaluación (Anijovich, Malberger y Sigal; 2007, 19).

En este sentido es fundamental compartir como docente con los estudiantes, los objetivos que tengan como direccionalidad la autonomía de trabajo y lograr analizar qué implican poder lograrlos, cómo se evaluará a través de la metacognición.

Por otra parte las actividades propuestas no implica diversificarlas sin sentido. En todo caso deberán ser auténticas y originales en lo posible, a fin de poder favorecer que los estudiantes puedan conectar con lo que creen, piensan, les interesa, con lo que los interpela y de esta manera hacer que las actividades a realizar tengan un horizonte de sentido para lo que los estudiantes realizan (Anijovich, Malberger y Sigal; 2007, 34).

Es importante gestar el interés por participar en forma individual y grupal dejando lugar que propongan y sugieran nuevas actividades en base a sus intereses y expectativas denotando una actitud crítica cuando se traten problemáticas ya sean sociales, políticas, económicas, culturales, de origen natural y tecnológicas del entorno local y global, a los fines de adoptar una actitud de participación no solo individual sino también colectiva.

Pensar en el desarrollo de capacidades autónomas es poder dar lugar a la utilización de múltiples recursos a fin de tener presente la diversidad de inteligencias (Gobierno de Córdoba, Ministerio de Educación, Subsecretaría de promoción de Igualdad y Calidad Educativa; 2018, 17).

Estas habilidades no se logran sino en una suerte de progreso de la que será necesario transitar desde una actitud más controlada por parte del docente a una fase más autónoma, en la que el estudiante se descubra parte de su proceso de aprendizaje a través de la reflexión y llegue así a ser protagonista de su aprendizaje.

De esta forma la autonomía de trabajo escolar va de la mano de la metacognición, qué es y cuál es su alcance en el ámbito pedagógico, es el punto que desarrollaremos en el próximo post.

La educación no es preparación para la vida

Hace unos días me llegó un breve artículo de Luis Sujatovich, «La batalla cultural no sólo debe darse en el aula». Un título por demás sugerente.

No ingresaré en algunas discusiones simplistas o moralistas que se dan en determinados espacios sobre esta expresión. Me interesa la idea en tanto se vincula al concepto de «educación informal», un concepto familiar que se reproduce en algunos institutos de formación docente, con la clásica distinción de los tipos de educación: formal, informal, no formal. Como sucede en tantas clasificaciones y categorizaciones que se van sedimentando en el tiempo, pocas veces tenemos la oportunidad de desnaturalizar algunos usos. Hoy le tocó a esta categoría que lleva en la formulación de su misma palabra el sutil desprecio y la descalificación, tal como lo sugiere el autor citado. ¿Qué sucede con la cantidad de expresiones, culturas, escenarios, contextos y redes «informales» (¿ilegítimas?) en las que miles de niños, niñas, adolescentes y jóvenes se mueven con total naturalidad? ¿Qué pasó con las instituciones educativas formales y estos nuevos escenarios informales? ¿Cómo es el reconocimiento de los  intereses, problemas, discusiones, valoraciones que las nuevas generaciones vuelcan en la informalidad de procesos que también son educativos? Las respuestas adultas (y pienso específicamente en nosotros docentes) han oscilado entre cierto desconocimiento tácito y cierto desinterés o incluso molestia por lo incómodo y provocador de las rupturas que producen. El movimiento pendular no deja fuera  las miradas prejuiciosas frente a la «cultura mediática-popular» y los consumos tecnológicos por ser algo irrelevante para la cultura letrada o escolar. 

Afirma Sujatovich:

La falta de atención hacia los asuntos que generan interés en las nuevas generaciones conlleva el fracaso de la educación formal. Suponemos que la batalla cultural sólo debe darse en el aula, ya que es el único espacio legítimo y así dejamos que transcurran las discusiones, los desafíos y las modas, sin que nos percatemos de su relevancia. Y sólo parecemos notar nuestra falencia, cuando nos topamos con los terraplanistas y con quienes sostienen teorías disparatadas acerca de las vacunas o sobre las responsabilidades del último golpe cívico militar en Argentina. Ahí sí reaccionamos, pero seguimos limitando nuestra acción a la escuela. Nos llamamos a la reflexión y buscamos alternativas ante el problema, pero siempre puertas a dentro. La herencia del claustro medieval pesa mucho.

No puede evitar trasladar estas palabras a estos tiempos turbulentos de elecciones y decisiones políticas, en las que los adultos, asombrados, salen con desesperación a cazar el voto joven. Fogoneado desde estos espacios educativos informales-tecnológicos, en muchos casos se lo acusa de un voto irracional, ingenuo y superficial pero que en muchos casos se muestra clara y activamente militante de propuestas dañinas para la democracia.

La culpabilización ajena no hace más que afirmar los prejuicios, no corresponde. La responsabilidad adulta frente a las nuevas generaciones nos obliga a no mirar al costado y asumir que algo salió mal con nuestra legitimada «educación formal» y el olvido de otros modos de educar-senos tan potentes como la escuela (y más). La escuela ya no debiera reconocerse como ese «templo del saber» ajeno a las mediaciones del mundo.

Además de reconocer que «todas las formas de educación se necesitan entre sí y deben ser valoradas y aprovechadas en conjunto», quizás podríamos recordar la propuesta de John Dewey, aquel que concibió la escuela como un espacio de reflexión de experiencias relevantes de la vida social para que sus integrantes pudieran desarrollar una ciudadanía plena (y no estoy hablando de las intromisiones o desvíos neoliberales en educación plasmadas en espacios curriculares como los de Formación para la Vida y el Trabajo). Es necesario pensar de nuevo en las formas, en los modos de llevar adelante esta batalla cultural. Porque como decía este pedagogo y filósofo: 

La educación no es preparación para la vida, la educación es la vida en sí misma.

Referencias 

Sujatovich, L. (2023). La batalla cultural no sólo debe darse en el aula. Recuperado de https://gacetaeducativa.com.ar/la-batalla-cultural-no-solo-debe-darse-en-el-aula-luis-sujatovich/

  • Texto publicado originalmente en https://sergiowsalguero.blogspot.com/2023/09/hoy-me-llego-un-breve-articulo-de-luis.html

¡Feliz día, docentes!

El día miércoles 13 de septiembre se llevó cabo el acto para homenajear a docentes de la institución y reafirmar el valor de la educación. En este día también saludamos especialmente a nuestra secretaria, preceptor y director. Agradecemos a las profesoras y estudiantes que organizaron las actividades de este momento muy emotivo.

Aquí compartimos algunas postales del encuentro.

De docentes cyborgs y centauros. Por una simbiosis educativa

La historia cuenta que la llamada “carrera espacial” fue fruto de las tensiones internacionales surgidas luego de la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, sería el lanzamiento soviético del Sputnik 1, el 4 de octubre de 1957, el hecho marcado como fundacional. En este contexto  aparece en 1960 el término cyborg (acrónimo de “organismo cibernético”) una criatura formada por elementos orgánicos y cibernéticos, un ser humano mejorado a través de una relación más íntima con las máquinas en el contexto de la reciente exploración espacial.

UNSPECIFIED – JANUARY 01: Exposition Of Sputnik I Sphere (Photo by Keystone-France/Gamma-Keystone via Getty Images)

En una fecha cercana, el filósofo español Ortega y Gasset escribía en su “Meditación sobre la técnica”, que el ser humano es una especie de “centauro ontológico”. Como la criatura de la mitología griega, mitad hombre mitad caballo, el hombre es al mismo tiempo un ser natural y extra-natural, un ser que va más allá de la naturaleza a través de la técnica. Su modo de habitar el mundo surge por la técnica que funciona como una sobrenaturaleza, creada para resolver los obstáculos o problemas a los que el hombre se enfrentaba. 

Estos dos términos cobran valor luego de la pandemia atravesada y del impacto de la tecnología en la necesidad de sostener la educación. Sin analizar las diferentes posiciones que se adoptaron, lo cierto es que habría que considerar dos aspectos: evitar confundir las posibilidades de la tecnología educativa con nuestras posibilidades frente a la tecnología educativa. Y por otro, recordar que el uso de tecnología en educación no es novedoso (en todo caso lo novedoso es la actual transformación digital). Por nombrar solo un ejemplo, tenemos en Comenio su Orbis sensualium pictus como el primer texto ilustrado para niños y niñas, una verdadera tecnología mediadora del proceso de enseñanza y aprendizaje. Al fin y al cabo la tarea educativa no es más que la búsqueda permanente de encontrar los mejores mediadores didácticos (materiales) para un mejor aprendizaje.

Hoy, la actual proliferación de materiales de enseñanza lleva implícita la conciencia del incremento de seres híbridos configurados con cualidades humanas y no-humanas. Seguir sosteniendo en un escenario como este que la causa de un acto educativo depende en particular de las intenciones de un sujeto educador es mantener todavía esa división moderna entre naturaleza y cultura que acentúan el carácter instrumental o “intermediario” de los artefactos que produce un docente, cuando en realidad “hay que reconocer el carácter híbrido de la humanidad, es decir reconocer que no somos más aquellos animales desprovistos de tecnologías, sino que co-existimos a causa de composiciones que involucran instituciones, objetos, procedimientos” (Correa Moreira, 2012, p. 75).

En este sentido podríamos decir que cada docente es como un centauro, en el que los materiales y tecnologías utilizadas se conjugan en su tarea como una sobrenaturaleza, en términos de Ortega y Gasset. Pero el término de cyborg resulta más descriptivo: un docente cyborg es una figura que  implica una redefinición de los roles pedagógicos y una tarea política que debe estar presente permanentemente en el sistema educativo, esto es, buscar los acoplamientos ideales “para lograr aprendizajes que serían difíciles de producir entre humanos solos o sólo entre máquinas”. 

El concepto de cyborg definido por Donna Haraway (1995), una de las referentes de las miradas desantropologizadoras, como “un organismo cibernético, un híbrido de máquina y organismo, una criatura de realidad social y también de ficción” posee la riqueza necesaria para repensar la tarea de enseñar. Una nueva interfaz donde docentes y mediadores técnicos pueden configurar un nuevo modo histórico que supere el antropocentrismo clásico de la pedagogía y abandone la interpretación de la cultura desde este presupuesto.

Quizás uno de los riesgos (deterministas o instrumentalistas) pueda darse a partir de algunas políticas educativas que se encuentran priorizando la llamada cultura digital, entendida en la práctica como la inclusión de robótica y programación en las escuelas. Sería motivo de otro trabajo pero es preciso alertar que no es lo mismo cultura digital que cultura tecnológica, no es lo mismo pensamiento computacional que programación, no es lo mismo el lenguaje de bloques que el lenguaje escrito, o que no es lo mismo la programación clásica que la programación creativa (más expresiva que funcional). Y cada una de estas diferencias presenta sus problemas. En este caso, las propuestas educativas corren el riesgo de ser reducidas al instrumentalismo que dicen negar pero que en definitiva se encuentran muy cerca de las propuestas de un sistema informático que produce objetos digitales interactivos sin considerar su dimensión cultural y, en general, poco comprendido por la mayoría de los docentes. Sumado al problema del solucionismo tecnológico del que hablaba Morozov y el fetichismo de los aparatos como la solución a todos los problemas pedagógicos.

Caer en la figura diferente del autómata no sería deseable. Así describe Sandrone (2020) esta figura: “un enorme leviatán digital de mil computadoras, en cuyas terminales, millones de humanos tipean incansablemente en tareas mecánicas y agotadoras, enviando archivos infatigablemente, elaborando textos y contenidos audiovisuales de manera constante. Cuando se percibe al sistema de máquinas como un autómata que nos subordina, se piensa a la máquina como lo otro del humano, que obstaculiza los vínculos humano-humano y, por lo tanto, los procesos de enseñanza y aprendizaje (…) La diferencia entre el cyborg y el autómata, como modelos conceptuales para pensar la realidad del trabajo entre las máquinas, radica en el tipo de actividad que realizan los humanos, pero también en la forma en que se organizan” (p. 21).

La figura del cyborg  implica una interacción constante entre los elementos que conforman el sistema educativo, lo que permite la creación de un ensamblaje que potencia las capacidades de cada uno de ellos. Sin la primacía antropológica. En este sentido, la simbiosis educativa es una forma de construir el docente cyborg, ya que implica la integración de las tecnologías en el proceso educativo y la participación activa de los docentes en el diseño e  invención de estos nuevos ensamblajes junto a sus estudiantes. Está claro que con lo dicho hasta aquí nos alejamos de las tendencias que ven en las pantallas, los celulares y en Chat GPT, una amenaza.

La educación tiene ahora una gran oportunidad para repensarse desde otros supuestos, alejarse de las perspectivas antropocéntricas que la definieron y dominaron desde la modernidad, cuestionar sus características funcionales y mediadoras y comenzar a zanjar ese «gran desgarro que funda nuestro modo de ser en el mundo (nuestra relación con la naturaleza)», con los objetos, con la tecnología. Como afirma Morton, se trata de “encontrar, recuperar, nuestro lugar en el mundo en función de lo real simbiótico, es decir, a partir de la comprensión de que nuestra existencia está atravesada por otras existencias, no porque dependamos de ellas, sino porque somos simbióticamente parte.» 

Salud, “cyborg educador”.

Referencias

ChatGPT, comunicación personal, 03 de setiembre de 2023.

Correa Moreira, G. (2012): “El concepto de mediación técnica en Bruno Latour. Una aproximación a la teoría del actor-red”, en Psicología, Conocimiento y Sociedad, Vol. 2, Nº 1, pp. 54-79.

Haraway, D. (1995) Ciencia, Cyborg y mujeres. La reinvención de la naturaleza. Madrid: Cátedra.

Morton, T. (2019). Humanidad. Solidaridad con los no-humanos, traducción de Paola Cortés Rocca, Adriana Hidalgo.

Ortega y Gasset, J. (2000). Meditación de la técnica y otros ensayos sobre ciencia y filosofía. Madrid: Alianza, 13.

Sandrone, D. (2020). Cyborg educador Propuesta Educativa, vol. 2, núm. 54, pp. 18-30.