Poner primera en los talleres que dicto como docente en los profesorados de nivel inicial y primaria, es poner en el tapete del debate por qué el arte o la educación artística es importante, no solo como recurso didáctico de las futuras maestras, sino para ellas mismas (profesional y personalmente). Les quiero compartir, en esta ocasión, algunos extractos de un documento desarrollado por la Dirección de Educación Superior del Gobierno de Buenos Aires (2010), que considero claves para tener a la actividad artística como medio de enseñanza.
“Si arriesgáramos un diagnóstico muy general podríamos afirmar que en el imaginario social al arte suele considerárselo como un tipo de actividad o conocimiento sólo susceptible de ser aprendido / practicado por algunas pocas personas dotadas (natural, genética o misteriosamente) de “talento” (término que proviene de la Antigua Grecia) y/o de una sensibilidad especial. (…) Esta concepción exageradamente
generalizada en el párrafo anterior (proveniente en gran medida del Romanticismo europeo –S.XIX-), que se manifiesta en innumerables versiones más o menos sofisticadas, ha provocado mucha confusión en cuanto al rol del arte en la escuela y en la formación docente, y ha devaluado o desjerarquizado profundamente su aporte: por un lado, si las “habilidades artísticas” se heredan natural o misteriosamente, en vano es intentar enseñarlas sistemáticamente y por lo tanto su lugar en el sistema educativo es cuestionable; por otro lado, si la especificidad del arte tiene que ver con la “libre expresión” o el desarrollo de la creatividad, queda excluido como un ámbito de conocimiento que también contribuye al desarrollo cognitivo y de competencias interpretativas básicas e indispensables. Podríamos agregar que el arte al formar parte significativa de la vida (social, cultural, afectiva, etc.) de los docentes y alumnos, es un área particularmente propicia desde la cual construir criterios interpretativos críticos que contribuyen a desenvolverse con autonomía en un mundo tan complejo. (…) Si bien los docentes de sala o grado no son los encargados de enseñar específicamente los distintos lenguajes artísticos, éstos contribuyen a que los docentes puedan comprender críticamente aspectos centrales del contexto cultural para resignificarlos críticamente. Indagar sobre las relaciones de cualquier manifestación artística con su contexto socio-cultural y su dimensión histórica implica hacer visibles un montón de relaciones implícitas, enriqueciendo y estimulando competencias interpretativas generales que se ponen en juego también en situaciones cotidianas ajenas al hecho artístico.
Por otro lado, desde un punto de vista pedagógico, el arte además de ser una herramienta para el desarrollo de innumerables estrategias didácticas de abordaje de distintos temas (socioculturales, geográficos, históricos,), contribuye a que los futuros docentes puedan comprender y trabajar en el aula con fluidez sobre expresiones artísticas significativas para el contexto en el cual se desempeñan. (…)
Por otro lado y considerando que los niños también desarrollan su cognición y se introducen a muchos conceptos generales (la espacialidad, la temporalidad, el esquema corporal, el desarrollo de la memoria, la coordinación psicomotriz, etc.) dibujando, cantando, bailando, y jugando a ser otros (actuando) entre otras muchas actividades vinculadas al arte, ¿por qué en la escuela (a medida que avanzamos en el
sistema educativo) y en la formación docente sigue siendo considerado como una actividad “menor” (cuantitativa y cualitativamente) en relación a las asignaturas “importantes”?; ¿o es considerado sólo como un soporte formal de contenidos específicos de otras áreas de conocimiento?; ¿o como una herramienta reforzadora de hábitos y estereotipos institucionales?; el aprendizaje del dibujo, ¿no supone un grado de abstracción tanto o más complejo que las operaciones matemáticas?; ¿y aprender una
canción o una coreografía para bailar?; analizar las características de algún personaje de una película ¿es menos complejo que analizar una oración?
La mirada tradicional sobre el arte y la educación artística, basada en lo expuesto anteriormente comenzó a modificarse a partir de nuevos paradigmas que propician una concepción del arte como producción históricamente situada que forma parte de una cultura particular. (…)
La educación artística no se limita a la transmisión de determinadas técnicas o al desarrollo de la creatividad sino que compromete y estimula una serie de competencias que no son abordadas por otros saberes disciplinares; (…) contribuye a alcanzar competencias complejas que permiten desarrollar la capacidad de abstracción, la construcción de un pensamiento crítico divergente, la apropiación de
significados y valores culturales, y la elaboración y comprensión de mensajes significativos.
Durante los últimos 15 años los medios audiovisuales han tenido un enorme nivel de crecimiento como discurso social. (…) En este contexto los alumnos del Nivel Inicial y primaria crecen rodeados de
dispositivos audiovisuales e incorporan su lenguaje de modo informal casi a la par del idioma materno.
En muchos casos el relato de la televisión ha reemplazado la narración de cuentos por parte de un adulto. (…)
Al mismo tiempo es el propio docente quien está inserto en un contexto donde la TV, el cine y el video tienen una presencia permanente; como medio de información, entretenimiento, formación y hasta de consumo.
Si consideramos que el docente de Inicial y Primario representa los primeros contactos que tiene el alumno con la educación formal, (…) resulta imprescindible incorporar los lenguajes audiovisuales a la formación básica del docente; no sólo para que los utilice a modo ilustrativo o como entretenimiento áulico; sino porque es un medio fundamental de difusión del discurso social actual, formador de opiniones, modos, y hasta escalas de valoración que hacen a la formación del ciudadano. La idea
no es que el maestro sea un especializado, sino que tenga acceso a las herramientas básicas para hacer una lectura crítica de los medios audiovisuales y los rudimentos necesarios respecto de la producción que le permitan armar materiales propios, así como guiar a los alumnos en la realización de videos que puedan ser de utilidad durante el curso.”
Que sea el arte la herramienta transformadora que ayude a desarrollar la imaginación y creatividad, a elevar la autoestima, a fortalecer la seguridad y confianza, y a encontrar el lenguaje que nos apasione para desarrollarnos como personas íntegras y capaces.